-¡No! ¡No! -exclamó el joven incorporándose colérico en su sitial-; no quiero nada... es decir, sí quiero... quiero que me dejéis solo... Cantigas... mujeres... glorias... felicidad... mentiras todo, fantasmas vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos a nuestro antojo, y los amamos y corremos tras ellos, ¿para qué?, ¿para qué?, para encontrar un rayo de luna.
2 comentarios:
Becquer, la Tore Eiffel, un corazón en la mano... el azar no existe, tengo que venir más a este blog, porque son raros los blogs que calman el alma.
Pero hace tiempo que sé que eres una artista en este y en otros sitios en que participas, así que no sé de que me asombro viendo FLORES en el mar.
Me gusta la foto, que encuentres tu rayo de luna...
Publicar un comentario